¿Cómo funcionan las hormonas en la mujer?

La evaluación del funcionamiento del aparato genital interno femenino y de la fertilidad se basa fundamentalmente en 2 pilares:

  • La determinación hormonal, fundamentalmente de la hormona antimülleriana en cualquier momento del ciclo (AMH), pero también de otras hormonas como la FSH (hormona folículoestimulante), LH (hormona lúteoestimulante), el Estradiol y la Progesterona.
  • La medición de La valoración mediante ecografía transvaginal de la reserva folicular en el ovario.

La FSH y la LH son las hormonas estimuladoras encargadas de estimular la actividad en los ovarios y se producen en el sistema nervioso central. Tanto la FSH como la LH son transportadas por la sangre hasta llegar al ovario, donde estimulan el desarrollo de los folículos y la maduración de los ovocitos a lo largo del ciclo de la mujer.

En un ciclo natural de la mujer existen mútiples folículos que responden inicialmente a la estimulación realizada por la FSH y LH, sin embargo, a partir de un momento crítico, sólo uno de los folículos continua su crecimiento y maduración. El resto de folículos sufrirán una degeneración y desaparecerán. Este folículo seleccionado seguirá creciendo a lo largo del ciclo y, en su crecimiento, producirá estradiol, la hormona femenina por excelencia.

En el momento en el que el folículo alcance la madurez se producirá la ovulación y con ello se iniciará la producción de otra hormona, la progesterona, encargada de permitir el embarazo en la segunda fase del ciclo.

El estradiol y la progesterona llegan a distintos órganos para desarrollar los caracteres sexuales propios de la mujer y además regulan la secreción de las otras hormonas (FSH y LH). Es decir, el propio ovario también es capaz de autorregular su actividad, de forma indirecta. Así pues, la medición conjunta del estradiol, la FSH y la LH en la primera fase de un ciclo menstrual, nos orientarán para valorar la actividad del ovario en un ciclo determinado.

Es importante recalcar que este perfil hormonal varía a lo largo del ciclo, de un ciclo a otro en la misma mujer o con la toma de anticonceptivos y también es muy sensible al paso del tiempo, por lo que su evaluación debe ser muy cautelosa para evitar errores diagnósticos.

Los valores normales de estas hormonas pueden variar levemente de un laboratorio a otro, pero en se sitúan entre: 

 

 

FASE FOLICULAR

FASE OVULATORIA

FASE LÚTEA

MENOPAUSIA

FSH

2-10 UI/l

8-20 UI/l

2-8 UI/l

>20 UI/l

LH

2-6 UI/l

6-20 UI/l

3-8 UI/l

>30 UI/l

ESTRADIOL

20-120 pg/ml

90-450 pg/ml

50-300 pg/ml

<20 pg/ml

PROGESTERONA

0-1.40 ng/mL

4-30 ng/mL

4-30 ng/mL

<1 ng/mL

 

La hormona antimülleriana (AMH) es una hormona que se puede medir en sangre y está producida por los folículos ováricos pequeños que hay en los ovarios, es decir, aquellos que todavía no se han seleccionado.

Su nivel en sangre, por lo tanto, es orientativo de la cantidad de folículos pequeños que existen en el ovario de una mujer, lo que conocemos como la reserva ovárica.

La ventaja de utilizar la hormona antimülleriana es que su valor no cambia de forma importante a lo largo del ciclo o de un ciclo a otro, por lo que podemos medirla en cualquier momento para valorar la reserva ovárica de la paciente.

El valor de AMH antes de un ciclo de fecundación in vitro tiene valor pronóstico, ya que nos orienta sobre la respuesta que podemos esperar de la estimulación ovárica de cada mujer y permite orientar la dosis de medicación y el tipo de protocolo más indicado en cada caso.

De forma normal, los valores de AMH van disminuyendo con la edad de la paciente, pero también son muy bajos en mujeres jóvenes con una reserva ovárica muy comprometida.

La AMH y el recuento de folículos antrales (RFA) son los marcadores de reserva ovárica más utilizados hoy en día.

 


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