Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP)

El síndrome de ovarios poliquísticos (SOP) constituye una patología frecuente entre las mujeres en edad reproductiva y puede condicionar la fertilidad de las mujeres que lo padecen.

Puede tener un carácter familiar, de forma que mujeres de la misma familia tienen un riesgo aumentado de padecerlo frente a la población general.

Los signos fundamentales que nos alertan sobre la posible existencia de un SOP en una paciente son las alteraciones del ciclo menstrual (ciclos muy largos o períodos de ausencia de menstruación, llamados amenorrea y causados por oligo u anovulación), el exceso de vello corporal (o hirsutismo) u otras manifestaciones del exceso de andrógenos en la piel (caída del cabello, piel grasa, acné…). De hecho, el SOP es la causa más frecuente de hiperandrogenismo, pero siempre es necesario descartar otras patologías que puedan tener síntomas semejantes al síndrome de ovario poliquístico antes de establecer el diagnóstico definitivo.

Se puede asociar también un peso corporal aumentado con una tendencia a la resistencia a la insulina en un 60-80% de los casos, lo que puede condicionar alteraciones metabólicas y cardiovasculares importantes a largo plazo para las pacientes.

A nivel ecográfico, el diagnóstico se apoya en la existencia de ovarios aumentados de tamaño,  con múltiples folículos dispuestos o no en forma de anillo, de ahí el nombre de “ovario poliquístico”, sin que sea referencia a la existencia de quistes ováricos como tales.

Sin embargo, existen mujeres con ovarios ecográficamente de aspecto poliquístico que no asocian otros síntomas y otras mujeres con un síndrome clínico importante que no presentan imagen ecográfica de ovarios poliquísticos.

Los criterios de Rotterdam permiten el diagnóstico de SOP cuando se asocian dos de los siguientes criterios:

  • Hiperandrogenismo
  • Oligo-anovulación
  • Ovarios de aspecto poliquístico en la ecografía.

El origen del SOP es muy controvertido, pero en esencia se entrelazan 3 alteraciones: una alteración endocrina (por exceso de LH y de andrógenos), una alteración metabólica (por la insulinorresistencia e hiperinsulinismo) y una alteración de la función ovárica (con la consecuente anovulación).

Así pues, el pilar de tratamiento de las pacientes con SOP irá dirigido a facilitar la normalización de los ciclos menstruales facilitando la ovulación, así como en la corrección de las alteraciones metabólicas secundarias a la insulinorresistencia y el tratamiento del hiperandrogenismo.

En las pacientes que buscan gestación resulta primordial reestablecer los ciclos, facilitando la ovulación para permitir el embarazo, pero también corrigiendo la insulinorresistencia con la finalidad de mejorar el pronóstico reproductivo y minimizar las complicaciones como los abortos precoces, la diabetes gestacional y la pre-eclampsia.

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