La ecografía transvaginal (ETV) es una técnica de imagen indolora que permite evaluar la forma, tamaño y actividad de los ovarios, así como del útero y, en determinadas circunstancias, de las trompas. Se trata de una evaluación indirecta, a través de las imágenes que nos proporcionan los ultrasonidos.
La ETV es un recurso fundamental en el diagnostico de esterilidad y en el seguimiento de los tratamientos de reproducción asistida.
Cuando se realiza al principio del ciclo menstrual permite valorar de forma indirecta el número de folículos antrales (folículos de entre 2 y 9 mm) que tiene el ovario, lo que refleja la reserva ovárica.
Durante el seguimiento del ciclo natural o durante la estimulación ovárica nos permitirá medir y controlar el desarrollo de los folículos para determinar el momento en el que llegan a la madurez.
En cuanto a la evaluación del útero, la ecografía permite evaluar el tamaño y la forma del mismo, determinando la presencia de miomas, pólipos, adenomiosis, que pueden ser el origen de la infertilidad y pueden precisar un tratamiento específico. Para la evaluación uterina, la ecografía en 3D y la histerosonografía (introducción de suero salino en el útero a la vez que se realiza la ecografía) pueden combinarse y aportar información muy valiosa cuando se trata de malformaciones uterinas originarias de un impacto negativo en el embarazo.
Para la valoración de las trompas, la ecografía nos permite identificar la presencia de alteraciones como las acumulaciones de líquido en ellas, llamadas hidrosalpinx, y que impiden el normal funcionamiento de las mismas. Sin embargo, para poder visualizar las trompas en todo su recorrido resulta muy útil la utilización de medios de contraste líquidos o en espuma, como el HYFOSY (Hysterosalpingo-Foam-Sonography) que pueden introducirse en el útero al mismo tiempo que se realiza la ecografía transvaginal y que permiten detectar estenosis y bloqueos de las trompas. Pronto hablaremos más en profundidad de estas técnicas.