La primera visita de fertilidad es un momento importante que marcará el punto de partida de los tratamientos de reproducción asistida que se van a realizar. Con frecuencia esta primera visita supone un motivo de angustia para los pacientes ya que presentan dudas sobre cuál será el diagnóstico o si se realizarán pruebas invasivas o dolorosas.
De forma habitual en la primera visita se produce una primera toma de contacto entre los pacientes y el médico, se realiza la historia clínica detallada de los pacientes, revisando los antecedentes personales y los tratamientos crónicos que puedan estar llevando, así como los antecedentes familiares que puedan tener una implicación en su problema actual (alteraciones genéticas, historia de menopausia precoz familiar…). Además se analizan los antecedentes reproductivos (embarazos o abortos previos, tratamientos de fertilidad realizados…) y se intenta indagar en los puntos esenciales sobre los problemas de fertilidad.
Es frecuente que esta primera visita incluya también una ecografía de la mujer. Normalmente se trata de una ecografía realizada por vía transvaginal y que va a permitir orientar al médico sobre el estado del útero y la reserva de óvulos en los ovarios, así como de otros posibles problemas que pudieran existir en el aparato genital interno femenino. Es un procedimiento indoloro para la paciente y que aporta una información muy valiosa para poder orientar el resto de pruebas complementarias.
La primera visita finaliza con la indicación de realizar las pruebas complementarias oportunas, que ayudarán a completar el diagnóstico y definir el tratamiento.
En el caso de que no existan pruebas complementarias a realizar o si ya se hubieran aportado en esta visita, puede ser que se obtenga ya un diagnóstico, lo que permitiría orientar directamente el tratamiento para empezar lo antes posible.