En numerosas ocasiones encontramos alteraciones en el seminograma de los pacientes sin que esto signifique forzosamente que existe un problema de salud o de infertilidad.
Sin embargo, ciertas alteraciones deben alertarnos sobre la necesidad de repetir un seminograma en un breve plazo de tiempo para confirmar o descartar los hallazgos.
En 2010, la OMS estableció unos nuevos valores de referencia para la evaluación del seminograma que son los siguientes:
Volumen | 1.5 ml |
pH | ≥7.2 |
Concentración total | 39 millones |
Concentración por ml | 15 millones/ml |
Motilidad total | 40% |
Motilidad progresiva (a+b) | 32% |
Viabilidad | 58% |
Formas normales | 4% |
Leucocitos | <1 millon/ml |
Estos valores de referencia sirven para orientar el diagnóstico y el tratamiento de la pareja que no logra embarazo de forma espontánea pero no implican que un varón con resultados dentro de los rangos normales sea forzosamente fértil ni un varón con los resultados fuera de la normalidad sea completamente estéril.
Algunas alteraciones que podemos encontrar son:
HIPOSPERMIA: volumen de eyaculado inferior a 1,5 mililitros.
AZOOSPERMIA: ausencia de espermatozoides en el eyaculado.
CRIPTOZOOSPERMIA: escasos espermatozoides en el eyaculado.
OLIGOZOOSPERMIA: menos de 15 millones de espermatozoides por mililitro.
ASTENOZOOSPERMIA: movilidad inferior al 32%.
NECROZOOSPERMIA: vitalidad inferior al 58%.
TERATOZOOSPERMIA: morfología normal inferior al 4%.
LEUCOSPERMIA: presencia de más de 1 millón de leucocitos por mililitro de eyaculado.
La correcta evaluación de cada uno de estos parámetros podrá orientarnos a un posible origen masculino de la infertilidad de la pareja, para adoptar las medidas necesarias que permitan mejorar los parámetros alterados.
Una valoración por un especialista en andrología es recomendable, sobre todo en los casos más severos, para descartar otro tipo de problemas a nivel genitourinario.