La ecografía testicular es una técnica diagnóstica que permite valorar de forma rápida y sencilla numerosos parámetros testiculares que pueden ser relevantes para un tratamiento de fertildiad, pero también para la salud general del varón.
Mediante la ecografía se puede valorar la consistencia del tejido testicular, la presencia de nódulos o quistes, la alteración del flujo vascular con la presencia de venas varicosas (varicocele), la acumulación de líquido peritesticular (hidrocele), la presencia de hernias o bien la obstrucción de las vías espermáticas que pueden causar una azoospermia.
La ecografía testicular está especialmente indicada en los siguientes casos:
- Aparición de tumefacciones o tumoraciones a nivel testicular o escrotal.
- Dolor agudo o crónico testicular
- Aumento o disminución del tamaño de uno de los testículos.
- Alteraciones importantes del seminograma
- Problemas de erección
- Pacientes con patología testicular previa en seguimiento (calcificaciones, tras extirpación de quistes o tumoraciones…)
Cuando hablamos de alteraciones del seminograma, el hallazgo más frecuentemente encontrado es la presencia de un varicocele, que consiste en la dilatación de las venas del cordón testicular y que puede explicar hasta un 40% de los casos de infertilidad de origen masculino.
La decisión sobre realizar una intervención quirúrgica de este varicocele dependerá del grado del mismo, así como de la alteración espermática observada y el grado de mejora esperado tras la intervención. Todo ello, junto con el tiempo de recuperación de la espermatogénesis tras la cirugía, debe ser consensuado con los pacientes antes de realizar una intervención que tal vez no mejore tanto como esperamos su pronóstico reproductivo.
Otros hallazgos menos frecuentes pero que resulta importante detectar para favorecer un correcto diagnóstico y tratamiento son los quistes y tumores epididimarios, el hidrocele, las hernias escrotales o el cáncer testicular.